El lugar es agradable, muy iluminado, blanco impoluto...como que apetece quedarae allí. Siéntate y que te sirvan una copa de champán de Anna Codorniu, allí has ido a que te mimen. Un Dj ameniza el brunch y el carácter amable de los camareros te transporta a esos días de playa de hace un par de meses. Vamos hacia el invierno sí, pero no hay que desperdiciar los últimos rayos de sol.
NUTRICIÓN
¿QUÉ? Platos y bebidas de lo más novedosos. Empezamos con los dulces. Cruasanes con gran variedad de mermeladas, lazos de chocolates, muffins...sé que es bollería por lo que no es bueno abusar. Continuamos con ostras (ricas en minerales como el Zinc o el omega 3 también). Una ensalada César que le cambiaría el aliño aunque estaba muy suave (soy pro-aceite que tiene multitud de propiedades y beneficios). Huevos rotos con chipirón (mejor que el chorizo) ya que disminuye las calorías y grasas. Una amplia gama de quesos (ahí ya tenemos el aporte de los lácteos) y brocheta de fruta. Como veis no son platos contundentes, son muchos (y me falta alguno) pero no son nada pesados y sí diferentes. Los zumos es un plus.
¿QUIÉN? Los rezagados que amanecen a las 12 pueden encontrar una excusa en este brunch. Si eres un empedernido de platos nuevos, el bao, o los huevos con chipirones pueden ser la novedad. Los zumólogos disfrutarán a más no poder porque te personalizan los zumos. Y golosos con el tema de la bollería...pedacitos de cielo, ¡y mira que yo no lo soy! Si andas con el ácido úrico alto, sáltate la ostra y si tienes sobrepeso intenta que te cambien la salsa César, por lo demás sin problema.
Situado en C/ Padre Damián 23, Madrid
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