lunes, 9 de enero de 2017

Casa Mando (León)

Propósitos de nuevo año, viajar más por España. No os voy a vender la moto y contaros todo lo que tenemos en la península (e islas) porque seguro que muchos de vosotros sois de diferentes partes y vendéis vuestra tierra como la mejor, yo con Zamora hago lo mismo, y es que aquí podemos encontrar cultura, gastronomía, diferentes climatologías, y ciudades/pueblos de lo más hospitalarios, así que a disfrutar de los fines de semana por España.












Y eso es lo que hice en el puente de diciembre. Cogí la bolsa de viaje, y me planté en León. Para ser uno de mis vecinos de frontera, hacía mucho que no viajaba hasta allí, algún que otro año, ¡se dice pronto!
Nos quedamos a dormir en el hotel Conde Luna. Un lugar agradable, muy bien ubicado y un hotel con solera en la capital leonesa. Instalaciones de lo más confortable, una habitación bien equipada y mucha tranquilidad, que para un par de días es lo que se necesita.

Nada más dejar la bolsa de viaje, directos al restaurante Casa Mando. Es que no hay mejor placer que llegar a un sitio y empezar a disfrutar de su gastronomía. Así empezó, con un plato de cecina de León que era prácticamente papel de fumar de lo fina que era, ¡ya me habían conquistado! Para ir abriendo boca, nos recomendaron un pulpo que venía con un puré de patata y perfecto de pimentón, todo esto regado con un buen tinto de León como es este Don Suero que, ¡ojo piojo como estaba!









Continuamos con unos puerros con nueces (bravo por meter frutos secos en los platos) y con unas albóndigas de carrillera sobre puré trufado. Quizás el plato ganador para mi, por la textura de las albóndigas, y por la salsa gelatinosa. Las albóndigas de carrillera me parecen interesantes porque las hacen jugosas y suaves, así que para tomar nota. Para rematar, un solomillo a la pimienta sin ninguna floritura (en cuanto a salsas se refiere), ya que hay veces que al final no sabes ni el sabor de la carne por tanta cosa que le ponen. Este llevaba un toque de pimienta y 2 pellizcos de sal Maldon, ¡perfecto!






Y el espectáculo estaba por llegar. En el postre, una gran montaña de merengue (con sorpresa dentro). El espectáculo estaba en que lo flambeaban en nuestra propias narices. La verdad que el souffle Alaska es el clásico de los postres, eso sí, para compartir con todo el restaurante, porque es de comer durante 3 días.

Y para bajar la cena, paseo por el casco antiguo de León y visita a su maravillosa catedral que junto con la de Burgos es de lo mejorcito que hay en Castilla y León (con el permiso de mi querida Zamora).




Al día siguiente un desayuno de campeones en el hotel porque había que soportar las bajas temperaturas leonesas y por supuesto visitar la catedral por dentro. La comida la hicimos en NiMú, un primo hermano del de Madrid, pero en la Azotea del Conde Luna. Pero eso os lo contaré más adelante, no vamos a desvelar todo de primeras.

Ya sabéis un fin de semana de enero puede ser una buena opción (gastronómica cuanto menos) visitar las gélidas tierras leonesas. 

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