Todavía me acuerdo cuando abrí el blog allá por el 2011, y también recuerdo el primer evento al que me invitaron. Fue una inauguración de artistas contemporáneos donde servían un catering muy peculiar. Todo fue en Le Garage, por la zona de Retiro.
¿Y por qué os cuento yo esto? Pues porque 5 años después, Le Garage no existe y allí han abierto el restaurante donde estuve el otro día, Meating, un lugar que se está postulando como un fijo entre los vecinos y trabajadores de alrededor, y no es para menos, el sitio es de lo más apetecible. Tranquilo, discreto y donde Ramón Bilbao ha dejado su impronta.
La verdad que cortos de comida no se quedaron, ¡madre mía que banquete! Probamos un poco de todo, desde un bocado de sardina con berenjena, unas virutas de foie con manzana que me recordaron mucho a mi restaurante favorito de Oviedo, el Punto y Coma. Continuamos con un pulpo con una base de pisto de morirse, pimiento rellenos de morro muy jugosos, chistosa con cebolla a la cual le pondría un toque crujiente, y de repente llegó la sopa de verduras muy apetecible sobre todo por la presentación.
Y si con esto no estamos conformes, continuamos con el pescado y la carne. Por ejemplo me gusta que machaquen frutos secos como las avellanas a la hora de hacer la salsa porque le da mucha intensidad.
A los postres ya no llegaron las fotos, algunas cucharas se me adelantaron. La verdad que es un sitio muy agradable, buen trato y perfecto si quieres disfrutar de tranquilidad y discreción.
¿Y por qué os cuento yo esto? Pues porque 5 años después, Le Garage no existe y allí han abierto el restaurante donde estuve el otro día, Meating, un lugar que se está postulando como un fijo entre los vecinos y trabajadores de alrededor, y no es para menos, el sitio es de lo más apetecible. Tranquilo, discreto y donde Ramón Bilbao ha dejado su impronta.
La verdad que cortos de comida no se quedaron, ¡madre mía que banquete! Probamos un poco de todo, desde un bocado de sardina con berenjena, unas virutas de foie con manzana que me recordaron mucho a mi restaurante favorito de Oviedo, el Punto y Coma. Continuamos con un pulpo con una base de pisto de morirse, pimiento rellenos de morro muy jugosos, chistosa con cebolla a la cual le pondría un toque crujiente, y de repente llegó la sopa de verduras muy apetecible sobre todo por la presentación.
Y si con esto no estamos conformes, continuamos con el pescado y la carne. Por ejemplo me gusta que machaquen frutos secos como las avellanas a la hora de hacer la salsa porque le da mucha intensidad.
A los postres ya no llegaron las fotos, algunas cucharas se me adelantaron. La verdad que es un sitio muy agradable, buen trato y perfecto si quieres disfrutar de tranquilidad y discreción.
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