El lugar escogido fue Juana La Loca, restaurante al cual nunca había ido y ni había oido hablar.
Lleno hasta la bandera y con una espera interminable hasta que nos dieron mesa, es un lugar acogedor, coqueto, pero estos adjetivos lo llegan a hacer pequeño realmente.
Una extensa carta de tapas, raciones y demás. Famoso por su pincho de tortilla con cebolla confitada (estaba muy buena pero las he probado mejores), huevos escalfados, y una cosa que me sorprendió muchísimo, hamburguesa de nécora.
Hamburguesa
Estaba crujiente y cuanto menos sorprendente.
Del resto de los platos nada que destacar, me parecieron escasos y nada del otro mundo.
Referente a la atención, normalita por decir algo bueno. No aceptan tarjeta de crédito, y es un sitio prohibitivo, 30€ por cabeza y sales con hambre prácticamente.
Situado en Plaza Puerta de Moros 4, Madrid
PD: Creo que este sitio merece la pena para tapear una mañana de Rastro en la misma barra, porque lo de sentarse a la mesa no merece para nada la pena.
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