jueves, 7 de julio de 2011

Micota

Situado por la zona de Velázquez, este restaurante tiene como punto fuerte la cocina a la brasa. La comida se impregna de ese gusto a leña, tanto en las carnes como en los pescados, este gusto te hace sentir como un náufrago con una brocheta de sardinas delante de una hoguera.

Carta a la puerta del restaurante

La vez que fuí con mis amigos nos salimos un poco del guión establecido y pedimos unos nachos (queríamos saber si hay vida más allá de los nachos de La Malquerida) y después unos colgados que consisten en unos pinchos de unos 60 cm de carne y verduras (pollo, ternera...). Recomiendo pedirlo porque a parte de ser curioso el mecanismo, están muy buenos, como he dicho con ese sabor a brasas tan característico.

A la campeona de Marina hubo que ayudarle con el suyo

A parte de la comida, el lugar es agradable, buena decoración, la atención es correcta, pero como contrapunto decir que las mesas no son muy grandes, y los asientos tampoco son nada maravillosos, quizás por eso te sientes como en una bodega, que al fin y al cabo eso es lo que pretenden.

Barra con un frontal de botellas
 
Si no recuerdo mal a la salida te hacen un juego en el que optas a una cena gratuita...no nos tocó, pero nos invitaron a tomar una fondue otro día.
El precio es un pelín caro, en torno a 25-30 € por persona (partimos de la base de que somos jóvenes y nuestros bolsillos aún no están muy acomodados).

Aún así es un lugar para ir con amigos, asi que os invito a que os acerqueis a Micota si quereis pasar buenos momentos en buena compañía tanto humana, como gastronómica.

Situado en Castelló 18, Madrid

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