lunes, 10 de octubre de 2011

Vietnam, motos, tuneles, y demás artillería pesada

Hace ya 4 años que estuve en aquel pais que derrotó a los americanos en la famosa Guerra de Vietnam, el país donde sobra gente o motos (aún no lo tengo muy claro), y donde habitan las personas con la mirada más fría del mundo.

Cruzar la calle era una aventura

Situado en el Sudeste Asiático, y a más de 19 horas de mi querida España, la capital, Hanoi, es una de las capitales mundiales donde más caos hay por metro cuadrado, en sus calles, tiendas, mercados, cualquier lugar donde vayas te sientes agobiado, y sino es que ya te han atropellado.

Ásia en general, concretamente la gastronomía de Vietnam...brrrr, brrr, ¡cuánto eché de menos la tortilla de patata!, una comida muy dificil para los occidentales como yo.
Se basa principalmente en las verduras, las salsas, las especias y el arroz, mucho arroz. Lógicamente a parte de esto, también comen carne de cerdo, pescado (frito estaba muy bueno) y frutas como plátanos y piñas.

Puestos de verduras

De sobra es conocida mi pasión por los mercados allá donde voy, dice mucho del país, de su poder económico, de la gente, el trato humano, lo mejor es perderse por alli

Mucho colorido en los mercados

Probé la carne de tortuga o mejor dicho, sopa de tortuga en una especie de coco. Creo que en la actualidad está prohibida, incluso me atrevo a decir que cuando yo fui también estaba prohibida, pero que bien iría el país si todos los males fueran esos. No me gustó, la carne estaba buena pero no me gusto, y lo siento porque seguro que es un riquísimo plato.

Con lo que si disfruté fue con el pescado, sobre todo el frito, pescado blanco, bien cocinado y aparentemente comestible, aunque no quiero saber donde lo compraban.

Puesto de pescado

Dejando de lado la capital, hicimos una incursión en la Bahía de Halong, un lugar que parece mentira que exista, me recuerda a las pinturas que aparecen en los cuentos.

Como si fuese la foto de un cuento de piratas

Los puestos flotantes que se acercaban a nuestro barco, vendían todo tipo de enseres, comida, pañuelos, incluso patatas pringles.


Los vietnamitas beben mucho té, que a miles de kilómetros me resultaba un manjar. También licores como uno que probé con escorpión, el cual me encantó, sabía muy bueno y fuerte.

Cargamento de litchis (fruta dulce y un poco ácida)

Puesto de marisco ¿dónde están las 2 personas?

A parte de todo esto, Vietnam guarda su lado turístico-macabro, con sus túneles diminutos donde se escondían (cuchi túneles), sus museos de la guerra en los que exhiben orgullosos fotos de cadáveres, y como no, zonas de tiro.

"Donde fueres, haz lo que vieres"

Tienda de instrumentos

A pesar de todo, yo me fui con mi gong tan feliz para España (eso sí, uno más pequeño). Es un país que me gustó, al cual no volvería y que me sorprendió gratamente ya que no me lo imaginaba así.

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